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El Marionetista- 2 ACTIVIDAD -TGL

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Bueh.. Aquí dejo el dibujo de la actividad de Halloween de Dante...
Y Abajo un muro de texto chachi que es importante de leer (?) 


La noche se abría paso entre las olas, acompañada de una fría oscuridad, una oscuridad cargada de toxinas provenientes del más terrorísimo de los horrores, un potente veneno que sin siquiera rozar el cuerpo se convertía en el letal verdugo del fino hilo que mantenía débilmente la cordura. Algo se respiraba en el ambiente, un instante bastó para dar cuenta que no pertenecía a este mundo aquello que se ocultaba tras la espesa niebla, una sombra irascible se acercaba hacia ellos... cargada de cólera, temor y desesperación. Un sentimiento extraño inundó por momentos los corazones de los cinco tripulantes que se hallaban en el barco, cada uno localizado en una estancia distinta, pero por unos instantes sintieron su corazón conectarse, al ser arropados por la espesa niebla que los acechaba. Esa conexión se desvaneció lentamente mientras el navío acariciaba las negras y calmadas aguas de GrandLine ¿Calmadas? Por extraño que pareciera así era, algo no andaba bien esa noche... y poco tardarían en descubrirlo.

De la niebla surgió una sombra, una oscura sombra que aumentaba lentamente su tamaño a la par que el navío se acercaba, conducido por unos desgarradores aullidos, voces quebradas en la oscuridad, inquietantes lamentos  emergían sin pausa de lo que parecía ser un barco fantasma, desgastado y carcomido por el mar.  Lamentos que aumentaban el tono al acercarse a ellos. Como si de tétricas sombras se tratasen, tinieblas etéreas que atravesaban el cuerpo, nublando así las mentes de los tripulantes, creándoles una inquietud profunda que crecía con el lento zarandeo de la embarcación que meciéndose se encontraba entre las aguas del mar.

 

La inquietud que crecía acabó ramificada, convirtiendo ese sentimiento en otro totalmente distinto, miedo, prudencia, duda y curiosidad, pero sin duda, el más peligroso de todos despertó de la capitana, el deseo de una nueva aventura nubló su vista impidiendo ver lo peligros que conllevaba adentrarse en ese lugar.  Aunque en cubierta hubo cierta discusión sobre los acontecimientos que debían acaecer se acordó que cumplirían los caprichos y deseos de la capitana. Ya que sin duda alguna ninguno correría peligro si se encontraba a su lado.

Sin embargo, en las profundidades del navío, entre sombras propias, se preparaba un ser que casi parecía pertenecer a la imagen que se hallaba a apenas unos metros, frente la elegante y refinada barandilla, donde se encontraban apoyados dos de sus compañeros. Un muchacho con aspecto dulce e infantil que portaba consigo un enorme brazo mecánico y una hermosa chica de cabellos cobrizos y de fracciones serias . Discutían sobre si sería buena idea adentrarse. Habían decidido infiltrarse en ese navío ondeado justo en frente, extraña decisión la de la capitana, debían convertir su aspecto en algo tétrico. Cosa poco posible para una muchacha que equiparaba su poder con su belleza, pero con la ayuda de su segunda al mando no había nada que la capitana de dorados cabellos no pudiera lograr, brava mujer la muchacha de ojos rosados, dulce y amigable con aquellos que mostraran un lado amable. Pero fiera y temible si andabas con ella de malas. Ajeno a todo aquello se encontraba un hombre sombrío, que contrastaba con el ambiente que se respiraba en el barco, pero que pertenecía a ese lugar como cualquier otro...Pese a que en muchas ocasiones se podría cuestionar ese hecho... Ese ser moraba en las profundidades del barco, en la esquina más recóndita. Entre provisiones y barriles, había habilitado un lugar en el que proclamarse amo y señor. Un lugar donde podía ser él mismo, sin necesidad de esconderse ante nadie, un lugar al que pertenecer. Pese a ya tener un hogar en la superficie de la nave, se sentía realmente bien entre las maderas apiladas y las paredes laberínticas que sostenían la estructura, le placía caminar sobre el inestable suelo que se encontraba en algunas zonas, sabía que esa estructura que se hallaba bajo sus pies era el corazón del su hoga, tener la certeza de encontrarse en lo más profundo, le era irresistible. Todo internamente es débil.  ¿Qué tan frágil podía ser un cuerpo, una estructura, un ser e incluso una nación?. Nada puede llegar a mantenerse firme eternamente si alguien logra hallar en su interior un rastro de debilidad.

 

Abstraído entre sus pensamientos se encontraba el joven, observando un deslucido y anticuado baúl. Un baúl que no parecía tener fondo, se veía elegante, rodeado de un aura extraña, nadie salvo él podía tener la certeza de que clase de misterios se encontraban guardados en su interior. Sin vacilar un segundo se levantó hacia él, y descolgando la llave que se encontraba en su cuello abrió lentamente el antiguo baúl. Y tras rebuscar unos instantes logró sacar dos muñecas muy maltrechas, inquietantes y muy desaliñadas, no eran hermosas, ni siquiera podrían considerarse bellas... Pero a sus ojos se veían lindas, bonitas y merecían un trato  especial, los años las habían convertido el algo terrorífico. Pero.. en su época esas muñecas habían pertenecido a alguien importante, habían vivido entre los mayores lujos imaginables, para Dante, esas visiones almacenadas en las cristalizadas retinas tenían un valor era incalculable. Muñecas únicas, irreemplazables  totalmente artesanales hechas por encargo. Marionetas sin nombre, desechadas y olvidadas, las sentó en su regazo, observando su inquietante mirada, sus ojos reflejaban la tenue luz de las velas que iluminaba parcialmente la estancia, se adentró en los misterios que ocultaban esos brillantes ojos, casi había olvidado lo que hacía apenas unos minutos estaba haciendo. Pero un sentimiento extraño se había despertado en él, había sentido la necesidad de liberarlas de su cautiverio y observarlas por un tiempo indefinido quedando a merced de su mirada, deseando ser el amo de sus cuerpos, manejar sus hilos a su antojo, quería poseerlas. Quizás esa espesa niebla que los envolvía había también despertado algo en ellas, algo en su interior. Fue lo que el muchacho pensó al notar como sus ojos no dejaban de observar sus pulidas pupilas, sentía como la curiosidad le arrastraba a subir a cubierta y adentrarlo dentro del misterioso navío del que entre débiles murmuros había escuchado hablar, pese estar en las profundidades del embarcación lograba alcanzar escuchar algunas tenues voces.

De pronto recordó que es lo que anteriormente estaba haciendo y se levantó, dejando a las dos muñecas sobre la butaca, acercándose a una de las estanterías donde se encontraba lo que hacía unos minutos estaba analizando. Lo tomó de nuevo y sujetando la bolsa de transfusión que contenía un líquido algo espeso y carmesí caminó hacia el escritorio observando con la sonrisa torcida ese líquido que tanto le atraía... un color que deseaba ver brotar de los cuerpos más débiles... Un fluido que podría llegar a ser su perdición.

 

Mientras se acercaba al escritorio.. unos pasos acelerados comenzaron a recorrer la estancia retumbando en las paredes. De pronto un estruendo bañó al joven de sangre. Lentamente ese fluido al que tanto amaba le comenzó a recorrer el cuerpo, y al girarse pudo ver esos ojos a cristalinos observándolo... sonriendo inquietantes, maquiavélicamente sus miradas parecieron tornarse hacia la puerta que se acababa de abrir y en el umbral, la causante del estruendo anterior, la muchacha de cabellos verdes, parecía detestar hacer de recadera, pero en verdad... aquello que realmente odiaba era deber de bajar a ese tenebroso lugar, porque tenía la certeza de que lo encontraría allí sonriendo expectante mientras maquinaba como hacerles daño, siendo la única que realmente se daba cuenta de sus verdaderas intenciones debía protegerlos a todos del monstruo que acechaba en la oscuridad. 

Había bajado a avisarle que iban a infiltrarse en el navío para inspeccionar que había en su interior... Que debía buscar un atuendo adecuado para no desentonar. Lo que no pensó jamás encontrar fue seis ojos inquietantes observándola en la oscuridad, cuatro de ellos acompañados de unas sonrisas cómplices y retorcidas que contemplaban su figura, unos ojos cristalinos que reflejaban la luz de las velas, una mirada que parecía pertenecer a un mundo mas allá de las sombras. El muchacho la observó lleno de ira, lo acababa de asustar y había reventado la única muestra que había sido capaz de obtener, jamás la perdonaría y este hecho era otro que debería añadir a la lista de actos imperdonables. La muchacha de cabellos verdes dio dos pasos atrás y tras decir su mensaje, se fue lo más rápido que pudo para salir de ese lugar, había algo más que ira en esa mirada.. algo que acompañado con las inquietantes sonrisas de las nuevas amigas que había encontrado nublaba su mente y no la dejaba pensar con claridad. Esas miradas vacías que le dedicaron las muñecas parecieron acompañarla hasta que desapareció. Algo tenía seguro. Para Dante no era necesario un traje que le hiciera ver como algo terrorífico. Su sola presencia demostraba que las sombras de su interior lo convertían en algo muy alejado de un ser humano... Era un monstruo, y debía hacérselo ver a todos... cuanto antes.




Bue... AMO LAS MARIONETAS... SON SIMPLEMENTE PERFECTAS  Casi tanto como yo (?) :iconpapcryplz:

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laupicero's avatar
Normalmente si me encontrara con la "Tía esa de negro, sí sí esa!! La morena!!" saldría por patas de cualquier lao... 
Pero... Esta es bonita, incluso la veo algo moe, creo que es tu esensia :iconpervylenplz: